Un reciente estudio de las Naciones Unidas confirma los temores existentes en la comunidad internacional acerca de la situación de la mujer en Siria. En efecto, una de cada cuatro mujeres casadas ha sido golpeada por sus respectivos esposos. Lo que demuestra la extrema vulnerabilidad de la mujer en esa sociedad.

La publicación de los resultados del estudio en los medios locales posiblemente servirá no sólo para romper el silencio sobre un tema que para muchos es tabú, sino para también llamar la atención a toda la sociedad sobre lo que allí efectivamente sucede, en abusos casi corrientes que ocurren en el interior de muchos hogares. Particularmente porque, hasta el momento, no había estudios que documentaran una situación que desgraciadamente aparece ahora en toda su fea y reprobable dimensión.

Lo que sucede en Siria puede bien considerarse como un problema que, con algunas diferencias ciertamente, azota al mundo árabe en general, en el que la situación de la mujer es lamentable.

Es hora de comenzar a cambiar y proteger a la mujer de una violencia inexcusable, con algunas raigambres culturales. Pero la protección y el cambio debieran nacer del interior del propio mundo árabe, para que ella se edifique sobre la convicción y pueda ser duradera.

Hasta no hace mucho, la prensa siria no quería siquiera discutir las llamadas “muertes de honor”, presuntamente “justificadas” en la infidelidad de la víctima y, por ello, tratadas casi como “accidentes” de los que los varones salen frecuentemente sin consecuencias penales, desde que hay una suerte de tolerancia social no escrita para este tipo de crímenes varoniles, que debieran ser ya absolutamente inaceptables. © www.economiaparatodos.com.ar