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jueves 16 de febrero de 2006

Para algunos hay sombras de deflación sobre China

A pesar de que la economía china parece seguir avanzando a toda máquina, algunos analistas sugieren que hay índices de desaceleración. Si eso ocurre, el impacto sobre el resto del mundo sería considerable.

En momentos en que las expectativas de crecimiento chino sugieren que este año su economía crecerá un vigoroso 10% y cuando las cifras del superávit comercial chino para 2005 muestran que el mismo se triplicó respecto del año anterior -superando los 100 billones de dólares- parece algo extraño que haya quien -no obstante- sugiera la posibilidad de que la deflación pueda estar tímidamente apareciendo en el futuro chino.

En un país en el que las exportaciones crecieron un 28% respecto del año anterior, mientras las importaciones sólo un 18%, y en el que el consumo local está también en alza, la idea de una posible desaceleración del ciclo parece algo absurda. Pero ocurre que las medidas domésticas que -en su momento- apuntaron a disminuir el crecimiento de algunos sectores que, en 2004, se habían “sobrecalentado” -como los del acero o el aluminio-, sólo lograron que las exportaciones de esos productos crecieran, dramáticamente. Así, China, que hasta ahora era importadora de acero, el año pasado se convirtió en un fuerte exportador de ese producto.

Las cifras oficiales sugieren que este año las exportaciones chinas seguirán creciendo a algún ritmo menor (un 18%) y las importaciones también (un 22%).

No obstante, hay quienes -en los cuadros del propio gobierno- piensan que hay sectores básicos, como los del cemento, el acero y la propia industria automotriz, que están con problemas de sobreproducción, lo que podría empujar en dirección a la deflación.

Porque -dicen- el exceso de oferta en esos sectores puede generar una “guerra de precios” para colocar excedentes, lo que, a su vez, obligaría a reducir salarios, deprimiendo el consumo. Si esto sucediera, podría haber entonces menor generación de empleo y mayores problemas sociales. Lo que todos tratan de evitar.

Por ahora, la ausencia de sistemas adecuados de cobertura médica y previsionales en general obliga a muchos chinos a restringir el consumo, para así tratar de prevenir, con ahorros, sus necesidades futuras en esos rubros. De allí que, a diferencia de lo que ocurre en otras economías, en China no sea demasiado fácil estimular el consumo doméstico vía el aumento de la oferta de crédito. Y que, entonces, la respuesta normal a las expectativas deflacionarias, que apunta normalmente hacia la expansión del crédito, no sea una alternativa simple, desde que podría derivar en un aumento no querido de la inversión precisamente en aquellos sectores de la industria básica en los que ella no es necesaria.

Este “alerta” no es compartida por todos. En rigor, la mayoría de los observadores es más bien optimista y apuesta a que el crecimiento chino, en el corto plazo al menos, no se desacelerará demasiado.

Pero la sombra de la deflación se proyecta desde los propios organismos oficiales y no puede dejar de tenerse en cuenta. Particularmente cuando una desaceleración de las compras chinas en el exterior podría generar un “efecto dominó” en el mundo entero, que terminará golpeando particularmente a economías como la nuestra, donde el “factor externo” (esto es la demanda por los productos que nosotros exportamos) es absolutamente clave para poder mantener un ritmo de crecimiento como el actual que, por ahora al menos, es relativamente “dependiente” de lo que ocurre del lado de nuestros compradores. Fundamentalmente, de la economía de China, entonces. © www.economiaparatodos.com.ar




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