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jueves 11 de mayo de 2006

Para Fidel Castro, retirarse o renunciar no son opciones

El longevo dictador cubano lleva ya 49 años en el poder pero no tiene previsto abandonar la actividad política ni el control del gobierno de Cuba. Mientras, se tejen especulaciones acerca de sus posibles sucesores.

Está claramente escrito (con mayúsculas) en el largo libro de la experiencia que los izquierdistas, tan pronto llegan al poder, olvidan el verbo renunciar. Si no lo cree, pregúntele a Aníbal Ibarra. A pesar de haber perdido el favor popular, lo que tarde o temprano ocurre en las mejores familias, se atornillan tenazmente a los puestos políticos, con avidez muy particular; es más, ésta es su característica.

Y, en algunos casos, cuando se trata de izquierdistas que, además, son déspotas, lo hacen para tratar también de cubrir sus propias espaldas de cualquier rendición de cuentas que pueda terminar con sus huesos en la cárcel.

Éste es el caso de Fidel Castro, entre otros. El longevo dictador cubano lleva ya 49 años en el poder. Y cree que todavía no ha podido completar su “revolución”, por lo que sigue aferrado a “lo suyo”. Así lo acaba de anunciar, al reiterar que no tiene previsto retirarse de la política, ni tampoco del poder.

Con todo, Castro se anima a sugerir que sus continuadores saldrán de las filas del comunismo joven. Los colegas de su edad, por ende, fueron incapaces de hacerle sombra, hasta ahora. Entre ellos, su hermano Raúl, de 74 años, que como ministro de Defensa de Cuba maneja la plata y las armas cubanas y es el candidato natural a sucederle, especialmente en caso de imprevistos.

En agosto, Castro cumplirá “sus primeros 80 años”. Y parece haberse recuperado bien del tremendo porrazo que le lastimara un hombro, hace ya 18 meses. No obstante, se ha hecho construir un moderno hospital pegado a su residencia, por si acaso. Por su lado, la CIA norteamericana sugiere que tiene mal de Parkinson, lo que es difícil de probar.

Aparentemente, Castro, más allá de los rumores, todavía está razonablemente lúcido. Por esto, precisamente, es que no hace señales de ningún tipo de estar, para nada, dispuesto a ceder el poder.

Reelecto por enésima vez (sin rivales) en 2003, termina este mandato en 2008, por lo que dice: “serviré por el tiempo en que me lo pidan, mientras sea útil”. Y se va a ocupar, ciertamente, de que sus “seguidores” no se vayan a olvidar de pedírselo. Como hacía también Juan Domingo Perón.

Castro señaló también que “su generación está ya pasando”, lo que es curioso, porque ya pasó y hace un buen rato. Quizás, porque está absolutamente aislado del mundo nadie le ha dicho que hoy la cultura y las generaciones cambian más rápido que cuando él iba a la universidad. Ya no se habla de 15/20 años, sino de 5/6 años. Lo más probable es que el comentario generacional no le haya gustado a Raúl, que ciertamente no está nuevito. © www.economiaparatodos.com.ar




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