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viernes 19 de julio de 2013

¿Qué tuitearía Ben Franklin?

¿Qué tuitearía Ben Franklin?

Benjamin Franklin habría sido un excelente bloguero. Y habría disfrutado utilizando Twitter

Fue el comunicador más agudo de su tiempo, tan profundo que muchas de sus frases siguen en uso a día de hoy. No hay duda de que habría sido un entusiasta usuario de los métodos de comunicación modernos y quizá incluso habría inventado algunos nuevos.

En la edición más reciente de la serie Makers of American Political Thought (Forjadores del Pensamiento Político Americano), Steven Forde denomina a Franklin como “el sabio de Estados Unidos“, un hombre que tenía mucho que decir a sus compatriotas y cuyos consejos aún nos son útiles hoy en día – siempre y cuando estamos dispuestos a escucharlos.

Franklin hizo fortuna en lo que entonces se habrían considerado los “nuevos medios de comunicación”: periódicos y panfletos impresos. Franklin creó el Almanaque del Pobre Richard y lo publicó durante un cuarto de siglo. Se trataba de un precursor de los modernos blogs y estaba repleto de lecciones y consejos prácticos. Mientras los otros Fundadores apuntaban con sus escritos a la realeza y a los líderes de las élites, Franklin dedicó su vida a ofrecer consejos para el hombre común.

Franklin alentó a los americanos a esforzarse en la búsqueda del éxito. Pero también era consciente de que había más cosas en la vida aparte de ganar dinero. Para guiar a los americanos en su ascenso por la escalera del éxito, su Autobiografía ofrecía una lista de 13 virtudes. Cualquiera que tratase de vivir según éstas –entre las que se incluyen la templanza, la frugalidad, la moderación y la humildad– haría de sí mismo un ciudadano autosuficiente. Todas las virtudes requieren empeño, pero su recompensa es la creación de un nuevo tipo de persona: el americano independiente que no pide limosnas y que sin embargo está dispuesto a echar una mano para ayudar a otros cuando es necesario.

En el transcurso de su vida, Franklin se interesó también por los experimentos científicos. Es recordado por sus inventos prácticos, como el pararrayos y el horno Franklin, pero además fundó la Universidad de Pensilvania y la Sociedad Filosófica Americana. Al final de su vida, Franklin estuvo al frente de la Sociedad de Pensilvania para Promover la Abolición de la Esclavitud.

Se dedicó a dar forma a la ciudadanía durante su larga vida. El principio de Franklin era “Nunca pediré, nunca rehusaré y nunca abandonaré un puesto” y sirvió con lealtad de múltiples formas. Creía en la ayuda a sus congéneres. “No se muestre falto de caridad con quienes parecen necesitarla, en cambio confórtelos y ayúdelos”, escribió en la edición final de su almanaque. Como observa Forde, “Vio que la salud de una sociedad democrática depende de la predisposición de las personas para dedicar su tiempo al bien púbico”.

Aun así, Franklin no habría aprobado el moderno Estado del Bienestar. Una red de seguridad excesivamente generosa “tiende a favorecer nuestra natural indolencia, a alentar la ociosidad y la prodigalidad y, de ese modo, a fomentar y aumentar la pobreza”, escribió.

Puede que hubiese opinado en su cuenta de Twitter que “la gente necesita ayuda, pero una limosna tiende únicamente a mantenerla en lo más bajo”. Sus escritos nos siguen ofreciendo esa ayuda, si estamos dispuestos a aceptarla.

Fuente: www.libertad.org