Ricardo López Göttig: “La gran campaña contra los aborígenes la hizo Rosas, no Roca”
En el contexto de una clase abierta y con el objetivo de hacer una revisión de la historia argentina y sus protagonistas, el escritor Osvaldo Bayer propuso demoler el monumento porteño del ex presidente Julio A. Roca. La propuesta despertó una gran polémica entre quienes apoyan la iniciativa y sostienen que aquel general fue un “genocida” y quienes se oponen a ella y reivindican la tarea del ex mandatario. Ricardo López Göttig, Doctor en Historia, aclara imprecisiones y aporta datos para comprender en qué consistió y cómo se desarrolló la Campaña del Desierto.
– ¿La Campaña del Desierto que llevó a cabo Roca fue realmente una matanza tan terrible como se dice? – No. Incluso Roca se sorprendió bastante cuando llegó, porque no encontró demasiadas tribus aborígenes. Realmente era un desierto. Él pensaba que la campaña iba a durar muchos meses más y lo cierto es que no había demasiado contra quién pelear. – ¿O sea que la Conquista del Desierto no fue un combate detrás de otro? – ¿Cuánto tiempo le llevó la campaña? – ¿Entonces, por qué se dice de ella que fue una “gran matanza” e, incluso, ahora la han tildado de “genocidio”? – ¿Roca fue tan malo como algunos legisladores nos quieren hacer creer? – ¿Por qué se lo ha criticado tanto a Roca? – ¿Usted piensa que muchas críticas que se hacen a esos períodos están fuera de contexto histórico? – Si uno puede comprender las coyunturas históricas, se da cuenta, por ejemplo, que incluso la esclavitud fue una gran conquista para los hombres. Antiguamente, antes de que se inventara la esclavitud, aquellos que era derrotados en las guerras eran directamente degollados. Desde esta perspectiva, la esclavitud fue un avance positivo. Hoy por hoy decir que “la esclavitud era algo positivo” suena a disparate porque está fuera de contexto histórico y de la situación de ese entonces. ¿Es a eso a lo que usted se refiere, no? – Hoy en día, quienes critican a la generación del ’80 –que, a mi juicio, son los que hicieron de este país algo fenomenal– hacen hincapié en el tema de la institucionalidad. Sin embargo, si uno revisa desde 1853 hasta Yrigoyen, el único que repite el gobierno es Roca doce años después. Queda claro que ninguno pretendía hacer una reforma constitucional, ni propuso ninguna “tramoya” legal ni nada para perpetuarse en el poder, ni buscaban la reelección constantemente. ¿Con qué autoridad se los critica hoy? – Justamente. La generación del ’80 no tenía una visión tan egoísta como hoy de la política. A lo largo del siglo XIX hubo una obsesión por mantener el orden, pero siempre de tipo republicano. Ni la anarquía ni la tiranía. Y entonces se respetaban las reglas de juego y por eso había tanta alternancia. Siempre había elecciones parlamentarias. Es cierto que participaba una minoría y no había un voto calificado, pero esto pasaba en todo el mundo. – Si uno analiza esa época, Argentina en ese momento tenía un ingreso per cápita que crecía anualmente más rápido que el de Estados Unidos, el de Canadá y que el de Australia ,que eran países con la misma dotación de recursos y con inmigración como nosotros. Que el ingreso bruto creciera así, con tanta inmigración, da la pauta de que se estaba creciendo en forma acelerada. ¿A qué se debe este rechazo constante a esa generación, si fueron los que construyeron este país? – Yo creo que el rechazo comenzó con el surgimiento del radicalismo que, en realidad era parte de esa generación del ’80. Por ejemplo, Bernardo de Irigoyen había sido ministro del Interior de Roca, Hipólito Yrigoyen fue diputado también del roquismo. Pero ellos necesitaban romper con toda esa generación para mostrar que eran algo diferente. |