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lunes 24 de diciembre de 2012

Sendero Luminoso en Argentina

La organización terrorista Sendero Luminoso aterrizó a la Argentina a través de una estructura de fachada. Quiénes son; dónde se reúnen; cuáles son sus objetivos; sus reuniones con Madres de Plaza de Mayo y con Adolfo Pérez Esquivel.

Sendero Luminoso es el nombre de la organización terrorista más cruenta de la historia del Perú. Se calcula que entre 1980 y 2000, dejó más de veinticinco mil muertos y una suma incalculable de mutilados y afectados de por vida. Guiados por el maoísmo, los senderistas atacaron no sólo contra las instituciones del Estado y sus Fuerzas Armadas y de Seguridad, sino sobre todo contra la población civil y miles de campesinos.

El mítico líder de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, nombre de guerra “Gonzalo”, es un profesor universitario que calculó en un millón de muertos el costo del triunfo de su revolución comunista. El culto a la personalidad que supo forjar en su organización, y la estructura sectaria que diagramó, provocaron que, con su caída en prisión en 1992, Sendero resultara descabezado y su desmantelamiento al corto plazo fuera inevitable.

A partir del año 2010, no obstante, la estrategia de los senderistas que recobraban la libertad tras cumplir condenas por distintos actos de terrorismo, cambió de rumbo dramáticamente. Su objetivo inmediato pasó a ser la liberación de todos los terroristas que continúan presos, especialmente la de Abimael Guzmán. Y para lograr tal cosa, han conformado el “Movimiento por Amnistía y Derechos Fundamentales” (Movadef), calificado por la Policía Antiterrorista de Perú (Dircote) como “organismo de fachada” del grupo terrorista que tiene el propósito de reestructurar y reactivar a Sendero Luminoso y prepararse para el reinicio de la lucha armada. “El Movadef es el vehículo creado expresamente por Guzmán con la finalidad de alcanzar esos objetivos políticos que necesitan los terroristas para reconstruir su partido”, señalaron las fuentes de la Dircote.

La estrategia del Movadef consiste pues en conseguir apoyo en el extranjero, y generar a la postre una presión internacional sobre el Perú suficiente como para arrancarle al gobierno una amnistía que deje en las calles a Abimael Guzmán y otros jerarcas terroristas, camuflados bajo la etiqueta de “presos políticos”. Y con ese propósito han aterrizado en la Argentina, aprovechando las condiciones políticas favorables que encuentran en el gobierno de Cristina Kirchner, ideológicamente afín a todo lo que huela a guerrilla y socialismo del Siglo XXI, y protector de terroristas foráneos a los que les negó la extradición.

Quienes manejan el Movadef en Argentina son dos senderistas condenados por terrorismo en Perú, y tras ellos se encolumnan al menos cincuenta militantes más. Diego Rayme, que pasó algunos años en la cárcel por delitos de terrorismo, es Secretario General de la agrupación. Rolando Echarri, que tiene cuatro órdenes de captura internacional y fue detenido por la Interpol en Buenos Aires el pasado 11 de diciembre, es el encargado del Área de Propaganda. Pero además de ellos, dos jóvenes se suman como caras visibles del movimiento: Fair Quesada Trujillo, dirigente de la base de Movadef de la Universidad de Callao, fue enviado especial de la cúpula de Movadef a Buenos Aires, junto a Flor Álvarez, una reconocida apologista del terrorismo.

Es dable conjeturar que Quesada Trujillo habría sido destinado a nuestro país tras haber intentado adoctrinar fallidamente a humildes pobladores de Villamar (Ancón), quienes acusándolo de “senderista”, lo amarraron a un poste y lo repudiaron públicamente espetándole que no iban “a permitir que Sendero Luminoso ingrese” a su pueblo. En Internet puede verse el video.

El Movadef cuenta en Argentina con un local partidario en la ciudad porteña, decorado en su interior con un mural que ilustra el rostro del jefe terrorista Abimael Guzmán sosteniendo su puño en alto, y otro en homenaje a terroristas caídos en un motín de 1986 en Callao. Allí se realizan periódicas reuniones, se planifican los escarches contra la embajada peruana, y se organizan actividades recreativas y de formación. Existen videos en Internet que muestran a los embajadores de Venezuela y Cuba arengando en este mismo local a los militantes del Movadef.

El trabajo político de los senderistas en Argentina viene cumpliendo sus primeras metas. En efecto, lograron reuniones con Madres de Plaza de Mayo −cuyos vínculos ideológicos con el terrorismo internacional siempre son noticia− y con Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz frecuentemente relacionado con grupos extremistas, quien tras la reunión con Movadef escribió una carta a Ollanta Humala pidiéndole por los “presos políticos” de Sendero Luminoso. En Internet se encuentran videos sobre estas reuniones, donde se puede identificar a Fair Quesada Trujillo y Flor Álvarez agradeciéndole enfáticamente a Pérez Esquivel su “solidaridad”, y comprometiéndose con dos madres de Plaza de Mayo a concurrir a sus actividades y marchas.

Según fuentes periodísticas peruanas, Sendero Luminoso también estaría relacionándose con el contingente de militantes proto-guerrilleros que maneja Milagro Sala en el norte argentino. Asimismo, según un periodista peruano que pidió reserva de su nombre, habrían existido reuniones de Movadef con miembros de La Cámpora en Buenos Aires.

Una vez más, ha quedado expuesta la ideologización de los Derechos Humanos no sólo en Argentina, sino en la región en general. En efecto, el Movadef como fachada política de Sendero Luminoso, ha reconocido de forma pública que ideológicamente se sustenta en “el marxismo, leninismo, maoísmo, pensamiento Gonzalo”, la misma doctrina que hace algunas décadas acabó con la vida de veinticinco mil peruanos. Según el informe de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, estas ideas implicaron utilizar “de manera sistemática y masiva métodos de extrema violencia y terror sin guardar respeto a las normas básicas sobre la guerra y los derechos humanos. […] La mayor parte de víctimas de las acciones senderistas estuvieron entre campesinos o pequeñas autoridades locales y no entre miembros de las élites políticas o económicas del país”. Según investigaciones plasmadas en El libro negro del comunismo, “mil niños resultaron muertos y otros tres mil mutilados a causa de los atentados” senderistas. ¿Es aceptable considerar a los responsables de estas matanzas como “presos políticos”? ¿Es aceptable que la izquierda terrorista busque respaldo en nombre de los Derechos Humanos que siempre pisoteó?

Sendero Luminoso aterrizó con éxito en la Argentina, y su labor ya ha comenzado. Mientras en Perú el repudio a éstos es total, aquí se mueven, como enseñaba el propio Mao Tse Tung, “como pez en el agua”.

Sendero Luminoso es el nombre de la organización terrorista más cruenta de la historia del Perú. Se calcula que entre 1980 y 2000, dejó más de veinticinco mil muertos y una suma incalculable de mutilados y afectados de por vida. Guiados por el maoísmo, los senderistas atacaron no sólo contra las instituciones del Estado y sus Fuerzas Armadas y de Seguridad, sino sobre todo contra la población civil y miles de campesinos.

El mítico líder de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, nombre de guerra “Gonzalo”, es un profesor universitario que calculó en un millón de muertos el costo del triunfo de su revolución comunista. El culto a la personalidad que supo forjar en su organización, y la estructura sectaria que diagramó, provocaron que, con su caída en prisión en 1992, Sendero resultara descabezado y su desmantelamiento al corto plazo fuera inevitable.

A partir del año 2010, no obstante, la estrategia de los senderistas que recobraban la libertad tras cumplir condenas por distintos actos de terrorismo, cambió de rumbo dramáticamente. Su objetivo inmediato pasó a ser la liberación de todos los terroristas que continúan presos, especialmente la de Abimael Guzmán. Y para lograr tal cosa, han conformado el “Movimiento por Amnistía y Derechos Fundamentales” (Movadef), calificado por la Policía Antiterrorista de Perú (Dircote) como “organismo de fachada” del grupo terrorista que tiene el propósito de reestructurar y reactivar a Sendero Luminoso y prepararse para el reinicio de la lucha armada. “El Movadef es el vehículo creado expresamente por Guzmán con la finalidad de alcanzar esos objetivos políticos que necesitan los terroristas para reconstruir su partido”, señalaron las fuentes de la Dircote.

La estrategia del Movadef consiste pues en conseguir apoyo en el extranjero, y generar a la postre una presión internacional sobre el Perú suficiente como para arrancarle al gobierno una amnistía que deje en las calles a Abimael Guzmán y otros jerarcas terroristas, camuflados bajo la etiqueta de “presos políticos”. Y con ese propósito han aterrizado en la Argentina, aprovechando las condiciones políticas favorables que encuentran en el gobierno de Cristina Kirchner, ideológicamente afín a todo lo que huela a guerrilla y socialismo del Siglo XXI, y protector de terroristas foráneos a los que les negó la extradición.

Quienes manejan el Movadef en Argentina son dos senderistas condenados por terrorismo en Perú, y tras ellos se encolumnan al menos cincuenta militantes más. Diego Rayme, que pasó algunos años en la cárcel por delitos de terrorismo, es Secretario General de la agrupación. Rolando Echarri, que tiene cuatro órdenes de captura internacional y fue detenido por la Interpol en Buenos Aires el pasado 11 de diciembre, es el encargado del Área de Propaganda. Pero además de ellos, dos jóvenes se suman como caras visibles del movimiento: Fair Quesada Trujillo, dirigente de la base de Movadef de la Universidad de Callao, fue enviado especial de la cúpula de Movadef a Buenos Aires, junto a Flor Álvarez, una reconocida apologista del terrorismo.

Es dable conjeturar que Quesada Trujillo habría sido destinado a nuestro país tras haber intentado adoctrinar fallidamente a humildes pobladores de Villamar (Ancón), quienes acusándolo de “senderista”, lo amarraron a un poste y lo repudiaron públicamente espetándole que no iban “a permitir que Sendero Luminoso ingrese” a su pueblo. En Internet puede verse el video.

El Movadef cuenta en Argentina con un local partidario en la ciudad porteña, decorado en su interior con un mural que ilustra el rostro del jefe terrorista Abimael Guzmán sosteniendo su puño en alto, y otro en homenaje a terroristas caídos en un motín de 1986 en Callao. Allí se realizan periódicas reuniones, se planifican los escarches contra la embajada peruana, y se organizan actividades recreativas y de formación. Existen videos en Internet que muestran a los embajadores de Venezuela y Cuba arengando en este mismo local a los militantes del Movadef.

El trabajo político de los senderistas en Argentina viene cumpliendo sus primeras metas. En efecto, lograron reuniones con Madres de Plaza de Mayo −cuyos vínculos ideológicos con el terrorismo internacional siempre son noticia− y con Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz frecuentemente relacionado con grupos extremistas, quien tras la reunión con Movadef escribió una carta a Ollanta Humala pidiéndole por los “presos políticos” de Sendero Luminoso. En Internet se encuentran videos sobre estas reuniones, donde se puede identificar a Fair Quesada Trujillo y Flor Álvarez agradeciéndole enfáticamente a Pérez Esquivel su “solidaridad”, y comprometiéndose con dos madres de Plaza de Mayo a concurrir a sus actividades y marchas.

Según fuentes periodísticas peruanas, Sendero Luminoso también estaría relacionándose con el contingente de militantes proto-guerrilleros que maneja Milagro Sala en el norte argentino. Asimismo, según un periodista peruano que pidió reserva de su nombre, habrían existido reuniones de Movadef con miembros de La Cámpora en Buenos Aires.

Una vez más, ha quedado expuesta la ideologización de los Derechos Humanos no sólo en Argentina, sino en la región en general. En efecto, el Movadef como fachada política de Sendero Luminoso, ha reconocido de forma pública que ideológicamente se sustenta en “el marxismo, leninismo, maoísmo, pensamiento Gonzalo”, la misma doctrina que hace algunas décadas acabó con la vida de veinticinco mil peruanos. Según el informe de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, estas ideas implicaron utilizar “de manera sistemática y masiva métodos de extrema violencia y terror sin guardar respeto a las normas básicas sobre la guerra y los derechos humanos. […] La mayor parte de víctimas de las acciones senderistas estuvieron entre campesinos o pequeñas autoridades locales y no entre miembros de las élites políticas o económicas del país”. Según investigaciones plasmadas en El libro negro del comunismo, “mil niños resultaron muertos y otros tres mil mutilados a causa de los atentados” senderistas. ¿Es aceptable considerar a los responsables de estas matanzas como “presos políticos”? ¿Es aceptable que la izquierda terrorista busque respaldo en nombre de los Derechos Humanos que siempre pisoteó?

Sendero Luminoso aterrizó con éxito en la Argentina, y su labor ya ha comenzado. Mientras en Perú el repudio a éstos es total, aquí se mueven, como enseñaba el propio Mao Tse Tung, “como pez en el agua”.

Fuente: laprensapopular.com.ar