PANORAMA INTERNACIONAL – La Unión Europea aprobó el martes pasado la mayor reforma de reglas de gobierno de la unión económica y monetaria desde su creación, que incluye sanciones para impedir que se repitan crisis de deuda como la griega o burbujas inmobiliarias como la de Irlanda y España. Los ministros europeos de Finanzas, reunidos en Luxemburgo, dieron luz verde a un conjunto de seis importantes medidas legislativas, después de un año de intensas negociaciones. Posteriormente, en su reunión sobre política monetaria del jueves pasado, el Banco Central Europeo (BCE) dejó sus tasas de interés sin cambios, en el 1,50% anual. Luego, en la conferencia de prensa, su presidente, Jean Claude Trichet, anunció que la institución realizará este año dos subastas extraordinarias de liquidez con vencimientos a doce y trece meses y el lanzamiento a partir de noviembre de un nuevo programa de compras de bonos garantizados por importe de 40.000 millones de euros. También, Trichet instó a los gobiernos de la eurozona a implementar rápidamente y de manera decisiva las reformas estructurales para mejorar su competitividad, incrementar la flexibilidad y mejorar sus respectivos potenciales de crecimiento a largo plazo, especialmente en lo que se refiere al mercado laboral y a la indexación de salarios e inflación. Mientras, la canciller alemana, Angela Merkel, anunciaba el jueves que iba a proponer establecer un impuesto para las transacciones financieras en la próxima cumbre de jefes de Estado y Gobierno del G-20, que se llevará a cabo el 3 y 4 de noviembre en Cannes (Francia). Por su parte, el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, señaló que cree que el informe sobre Grecia de la “troika”, que integran la Comisión Europea, el BCE y el FMI, probablemente estará listo el 24 de octubre, dándose luz verde al siguiente tramo del plan de ayuda por unos 8.000 millones de euros. Pero del otro lado del Atlántico las referencias sobre el mercado laboral estadounidense que se conocieron en las tres últimas jornadas de la semana pasada resultaron alentadoras: el empleo privado creció en septiembre, disminuyeron los pedidos semanales de subsidios por desempleo y durante el mes pasado se crearon 103.000 nuevos puestos de trabajo, siendo este el mejor resultado obtenido desde el pasado abri,l y la tasa de desempleo se mantuvo en el 9,1%. Entonces, y tras caer la aversión al riesgo, el euro terminaba la semana marcando máximos en la figura de 1,35. Pero a última hora del viernes sorprendió la noticia de que la agencia Fitch había informado la rebaja de las calificaciones de Italia y España, aclarando que la perspectiva para ambos países era “negativa”. Al cierre en Nueva York el euro cotizaba a USD 1,3435.

PANORAMA ARGENTINO – La pasada resultó una semana complicada para los mercados argentinos. Al importante derrumbe del precio de la soja también preocupó la impresionante caída de los precios de todos los bonos vernáculos, incluidos los títulos en dólares que hasta hace poco se mostraban como una excelente inversión. Mientras, el BCRA ya lleva gastados unos USD 2.000 millones en congelar el valor del dólar, utilizando incluso sus consabidas artimañas, y no dejando que la divisa argentina se mueva como lo hacen las de sus principales socios comerciales, quedando así aislada del mundo. La semana pasada el ente monetario sufrió otra importante derrota en su lucha contra el mercado, que claramente muestra la intensión de los ahorristas en general de huir con sus ahorros del país, fundamentando su decisión en los renovados temores y incertidumbre sobre el futuro. Así, las reservas cayeron unos 360 millones de dólares, sumando al cierre del viernes USD 48.230 millones, según cifras oficiales aún no ajustadas. Y para satisfacer la demanda el BCRA se vio obligado a vender USD 420 millones, ayudado por el Banco Nación, que se desprendió de USD 210 millones. Sin embargo, aquellas cifras podrían haber sido mucho más elevadas si no hubiera sido por la sorpresiva presencia en el mercado del Banco Patagonia, cuyo propietario es hoy el Banco do Brasil, que tuvo que vender contra pesos en el MULC, según trascendió, unos USD 150 millones, para pagar las acciones del mencionado banco local que logró comprar antes del vencimiento de la oferta pública de adquisición (OPA) que hizo en abril y que vencía el martes pasado. Además, el BCRA ejerció fuerte presión con sus ya acostumbradas ofertas de venta al contado por USD 500 millones, agregando también sus ventas en el mercado de futuros a precios a la par en el corto plazo y con tasas implícitas entre el 3 y el 9% por ciento para los demás. De esa manera logró que algunos bancos aceptaran sus propuestas de “swaps cambiarios”, que concretaron vendiendo al contado en el mercado y comprándole los futuros, haciéndose de esa manera de pesos muy baratos, cuando en el mercado de dinero ya se hablaba de tasas de interés superiores al 18% anual y en alza. De esa manera se pudo esconder una parte importante de la mayor salida de fondos que se registra en el país. Al cierre del viernes el tipo vendedor de transferencia del Banco Nación fue de $ 4,2100, un 0,1% mayor al de la semana anterior, y el volumen operado entre bancos, a través del SIOPEL y el MEC, sumó unos USD 2.301 millones, con un promedio diario de USD 460 millones. La presidenta del BCRA, Mercedes Marcó del Pont, declaró el viernes que “la flotación administrada seguirá en los próximos cuatro años” y negó que piensen en “un desdoblamiento del mercado”.

MOVIMIENTOS DE LAS PRINCIPALES MONEDAS FRENTE AL DÓLAR DURANTE LA SEMANA PASADA

(*) El euro y la libra esterlina se cotizan en dólares.
(**) Para el peso argentino se toman precios operados en el mercado entre bancos.

El presente informe es elaborado por ABC Mercado de Cambios. Para más información, visite: www.abcmercadodecambios.com