El diario La Nación del domingo pasado expone un relevamiento realizado por la empresa Catterberg y Asociados y analizado por la consultora Diéresis.
Básicamente, se detiene en la percepción que un grupo de padres porteños tiene sobre la calidad de la educación. Recordemos que la ciudad de Buenos Aires es -en general- la que mejores resultados ha obtenido en las evaluaciones nacionales de calidad educativa. Es decir que se mide la percepción sobre la jurisdicción que objetivamente está mejor posicionada en cuanto a la calidad.
Si bien es plenamente compresible, es al menos sorprendente que el 62% de los encuestados, en una visión retrospectiva, opine que la calidad educativa ha caído desde que ellos iban a la escuela, fuera ésta de gestión pública o privada. Me parece comprensible, pues que la calidad de la educación baja de año en año es un hecho. Sin embargo, lo que me parece sorprendente es que, en la “era de las comunicaciones y la informática”, es decir, con muchísimos más recursos didácticos y tecnológicos, con libros de texto cada vez más coloridos y pedagógicos, con un acceso a la información con el que no podía ni soñar el más entusiasta hace 30 años, con teorías pedagógicas cada vez más desarrolladas, con escuelas con diseños arquitectónicos que favorecen el aprendizaje, a pesar de todo ello la educación siga de mal en peor, y así lo perciban los padres de alumnos actuales.
También en la percepción sobre la actualidad, el 56% opina que la calidad educativa es de regular para abajo. Este dato no es menor teniendo en cuenta lo que comentaba al principio, es decir, que estamos hablando de la jurisdicción que obtiene mejores resultados.
A la hora de “repartir las culpas” sobre este empobrecimiento, las opiniones están divididas de la siguiente forma: el 40,6% puso el énfasis en fallas de la escuela o del sistema educativo, el 25% en problemas de los alumnos o sus familias, el 18,2% en dificultades en los docentes y el 5,6% en la actitud del gobierno y la situación actual del país. Creo que en este caso la percepción de los padres es altamente razonable, al menos por no haber señalado mayoritariamente “monocausas” que en general desvían los análisis de la realidad. (En encuestas anteriores realizadas por otras consultoras, más del 60 % de los padres señalaba que la causa de la baja de la calidad educativa exclusivamente la escuela).
En más de una oportunidad he señalado en estas columnas un diagnóstico similar al que ahora surge como resultado de las encuestas. Creo que la percepción de los padres no está muy alejada de la que podríamos tener los docentes, o incluso de la realidad. Me parece que la inmensa mayoría de los diagnósticos son coincidentes. A través de las investigaciones no hacemos más que confirmar lo que ya sabemos. El tema es que, de una vez por todas, nos decidamos a empezar, poco a poco, a poner los remedios para, al menos, abandonar la caída y comenzar a mejorar.
En mi artículo anterior (clickear) planteaba algunas posibles soluciones basadas en experiencias exitosas de otros países. Empecemos a hacer algo, porque de lo contrario, cuando los actuales alumnos sean padres, los resultados de las encuestas serán similares. © www.economiaparatodos.com.ar
Federico Johansen es docente, director general del Colegio Los Robles (Pilar) y profesor de Política Educativa en la Escuela de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la UCA (Universidad Católica Argentina). |