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lunes 14 de noviembre de 2005

Con mentalidad perdedora

A pesar de que los efectos de la política económica del Gobierno cada vez son más palpables, el Ejecutivo no se muestra dispuesto a modificar su propuesta. En cambio, toma medidas que no solucionan los problemas de fondo y siguen demostrando que la Argentina es un país con miedo a integrarse al mundo.

Y finalmente volvió un clásico de la economía argentina. Cuando la tasa de inflación tiende a subir más de la cuenta, aparecen los paquetes de medidas para mostrar que el Gobierno está trabajando en el tema, más allá de si lo que hace es efectivo o no. Lo importante es mostrarle a la gente que el Gobierno está tomando cartas en el asunto.

Cuando la semana pasada el Dr. Lavagna anunció una serie de medidas para frenar la inflación, dejó en claro que no está dispuesto a modificar el fondo de su política económica, que es la que genera el alza de los precios. ¿Por qué? Porque el impacto inflacionario al que estamos asistiendo tiene que ver con el corazón de la política económica, que consiste en sostener artificialmente alto el tipo de cambio. Para ello, el Banco Central (BCRA) emite moneda, y es esa emisión la que acelera la inflación.

Frente a la inevitable aceleración de la inflación, ¿qué decidió el Gobierno? Negar la realidad y hacer responsable de la misma a los productores de alimentos. La eliminación de los reintegros intenta que se exporten menos productos alimenticios para que se vendan en el mercado interno. En otras palabras, busca aumentar artificialmente la oferta al mercado interno. Lo ideal sería que el Gobierno hubiese trabajado en estos dos años y medio en la creación de condiciones institucionales que incentiven la inversión, pero como ese trabajo no lo hizo, o mejor dicho hizo lo contrario, las inversiones no aparecieron, la oferta es constante y, por lo tanto, se trata de corregir el problema de ausencia de instituciones confiables con eliminación de los reintegros a las exportaciones.

Hay un dato curioso. Desde la devaluación hasta ahora, los precios que más subieron, según el Índice de Precios al Consumidor (IPC), fueron los de la indumentaria. Sin embargo, las medidas adoptadas no incluyen a este sector.

¿Cuál será el impacto económico de las medidas sobre los alimentos, a los cuales ya se les establecieron controles de precios? Reducir la rentabilidad del sector y desestimular más la inversión. Pero también queda en evidencia que cada vez nos aislamos más del mundo. Ahora no solamente queremos sustituir importaciones, sino que también buscamos reducir las exportaciones. Una forma muy particular de entender la integración económica al mundo.

La sugerencia o pedido del Dr. Lavagna al Banco Central para que aumente los encajes, me hace recordar a la era Alfonsín, cuando la forma de tratar de controlar la emisión consistía en reducir la capacidad prestable de los bancos.

¿Qué resultados puede tener esta medida? Como los bancos van a tener que dejar inmovilizados en el BCRA parte de los depósitos, su capacidad prestable disminuirá. Esto significa que la tasa activa debería aumentar. Pero, al mismo tiempo, los bancos tendrán que asumir el costo de dejar inmovilizados fondos que les cuestan una tasa de interés en el caso de las cajas de ahorro y los plazos fijos. Es decir, los bancos pagarán intereses por parte de los depósitos que reciben y luego deberán inmovilizarlos sin tasa alguna. ¿Qué haría usted si fuera banquero y tiene más costos? Sube la tasa activa (la que les cobra a los tomadores de créditos) y baja la tasa pasiva (la que les paga a los ahorristas). Es decir, sube la tasa activa porque tiene menos plata para prestar y baja la tasa pasiva porque inmovilizar esos fondos le cuesta la tasa que paga.

Con tasas de interés subiendo en el exterior y tasas domésticas bajando en un contexto de incertidumbre, no me extrañaría que terminemos viendo alguna tensión en el mercado de cambios. A igual o menor rendimiento en dólares en el mercado local que en el exterior, ¿qué riesgo elige mi estimado lector? ¿Riesgo argentino o riesgo norteamericano?

Obviamente, el escenario sería diferente si el BCRA le pagara a los bancos una tasa de interés por inmovilizar depósitos. En ese caso estaríamos recorriendo nuevamente el camino que en los 80 pavimentó Alfonsín para disparar el gasto cuasifiscal y desembocar en la hiperinflación.

Cuando uno ve las políticas que viene aplicando el Gobierno, no queda más remedio que calificarlas de mentalidad perdedora o, dicho a la inversa, el Gobierno no tiene mentalidad ganadora a pesar de los discursos subidos de tono a que nos tiene acostumbrados el presidente. La mentalidad perdedora se ve en la sustitución de importaciones, en el miedo a incorporarse al ALCA y preferir seguir jugando el picado de barrio del MERCOSUR, en la ausencia de políticas públicas de largo plazo que atraigan inversiones, en las alianzas internacionales con personajes como Chávez, en las permanentes acusaciones al FMI de todas de nuestras desgracias y en la falta de reformas de fondo que impulsen un crecimiento sostenido. Con mentalidad perdedora, el Gobierno se limita a administrar las crecientes inconsistencias de su política económica y sugirie, con tal comportamiento, que los argentinos no estamos en condiciones de encarar un proyecto de país importante, captando inversiones, comerciando ampliamente con el mundo, siendo competitivos. La mentalidad perdedora queda reflejada en esta constante administración de un ingreso que tiende a estancarse. Para la mentalidad perdedora, lo que estamos viviendo es resultado de que el ingreso disponible (capacidad de producción) es éste y hay que conformarse con lo que hay.

El Gobierno le tiene miedo a las importaciones de Brasil, a las del sudeste de Asia y a las de Estados Unidos. A las inversiones extranjeras y a los organismos internacionales. El Gobierno le tiene miedo al mundo y a competir.

El desafío del crecimiento en serio no está presente en las políticas del Gobierno, que sólo atina a administrar una crisis que, con el tiempo, se le hará menos controlable. Y recordemos que el que sale a la cancha con mentalidad perdedora finalmente termina perdiendo el partido. © www.economiaparatodos.com.ar




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