El mercado operando con cambio de fundamentos
Las cotizaciones de los granos tienen como protagonista de sus cambios distintos elementos que generan incertidumbre. En tanto otros factores que lucen más lejanos, por más que sean importantes, pueden no influir demasiado en la formación diaria de los valores. A medida que el tiempo pasa la incertidumbre se transforma en certeza, y lo que era lejano se vuelve más próximo, cambiando la dinámica del mercado.
En esta semana estamos asistiendo a un proceso de cambio de fundamentos de ese estilo. Lo que desde hace cuatro meses es una duda, está por dilucidarse: el tamaño de la cosecha norteamericana. El próximo viernes eso quedará claro con el reporte mensual del USDA del 8 de noviembre. Se espera allí mayor producción de soja y algo más de maíz, y por eso los valores arrancaron la semana con bajas importantes. En tanto entre los factores que se suman tenemos una demanda internacional muy activa que pone límite a la baja en los precios, y las perspectivas de producción Sudamericana, que de la mano de las lluvias recientes mejoraron sustancialmente la perspectiva de la oferta, y por lo tanto debilitaron a los precios.
En cuanto a la producción norteamericana, recordemos que la discusión está centrada en los rindes. Cuando se inició la temporada, pensando en rindes tendenciales, se esperaba una cosecha de 90 mill.tt. Luego el clima seco llevó a que se hablara de 84 mill.tt. Sin embargo, con un avance de trilla que debe estar actualmente cercano al 80% los rindes mostraron que no se vieron tan afectados por la seca. Ello llevaría a un aumento en la producción esperada, frente al cual los operadores comienzan a posicionarse.
En el caso del maíz los rindes y por tanto la producción esperada se mantuvieron siempre en niveles elevados. Frente a ellos los muy buenos datos de productividad que llegan desde los campos no hacen más que confirmar esta cuestión. Si bien podría haber algún reacomodamiento de rindes a la suba, el cambio no debería ser mayor y por esto los precios estuvieron más tranquilos.
Frente a la incertidumbre productiva, y los ajustes que fue haciendo el USDA los fondos se vendieron en el mercado de maíz, donde siempre se esperó gran oferta, presionando sus precios a la baja, mientras que en soja donde los rindes venían recortándose, los mismos hicieron compras importantes, que evitaron bajas mayores en su cotización. Sin embargo, cuando se confirme el dato productivo, para bien o para mal, los fondos buscarán otros fundamentos, y en el mientras tanto podrían neutralizar sus posiciones, vendiendo soja y comprando maíz, generando bajas para la oleaginosa y alzas para el cereal.
El elemento que se está planteando con más firmeza en forma reciente es la demanda internacional. La misma la medimos por medio del termómetro de las exportaciones semanales norteamericanas. Esta semana tuvimos la actualización con la información faltante de las tres semanas donde el parate del gobierno norteamericano nos dejó sin el dato, y lo que descubrimos fue que las ventas al exterior fueron incluso mayores que lo esperado en el caso de maíz y soja. Para dimensionar el ritmo al que viene la demanda, podemos decir que EEUU ya tiene más del 80% de su saldo exportable de soja comprometido, y casi 60% del maíz con sólo dos meses de campaña comercial y cuando todavía no se terminó de trillar.
El tercer elemento que se sumó fueron las lluvias en nuestra región. Si bien no lo verbalizabamos, lo cierto es que el invierno seco, seguido por la falta de lluvias en el arranque de la primavera ya habían causado daños irreparables para trigo, cerrado la ventana de siembra temprana de maíz con sólo 50% de avance en zona núcleo, y nos aprestábamos a la siembra de soja sin humedad. Frente a esto las lluvias cayeron muy oportunas, con registros que en muchas localidades superaron los 100 mm y repartidos en dos o tres días de lluvias constantes, con lo que el agua se aprovecha mejor. Las lluvias deprimieron los precios de la soja en Chicago, pero más grave hubiera sido que no llegaran.
En el caso del mercado internacional de trigo que venía con cotizaciones muy firmes, empezaron a aparecer techos por un muy buen arranque de la campaña norteamericana, al tiempo que India bajó precios de importación y parece estar mejor abastecida. De todas formas no debemos olvidar el fuerte apetito de este cereal por parte de China y de Brasil. El primero no era un comprador importante hasta este año, que disputa el primer puesto del mundo. Brasil en tanto siempre compró mucho trigo, pero su proveedor habitual era Argentina. La caída de producción local llevó a que se perdiera este privilegio, y esta semana el socio del MERCOSUR se vio obligado a bajar por 600.000 tt de trigo adicionales los derechos de importación extra-MERCOSUR ya que no logran hacerse de trigo de nuestro país. Para tranquilidad carioca, los molineros argentinos tienen el mismo problema, pero se les impide importar, con lo que el desfasaje de precios internos vs internacionales es enorme. En ese sentido no se dieron novedades en el rumor de que se abrirían importaciones.
Pasando a cuestiones locales recrudeció la crítica del gobierno al hecho de que hay mucha mercadería sin vender del lado del productor. Frente a ello plantean que implica demora en el ingreso de divisas, y menor recaudación. No obstante es importante que se entienda que el productor tiene una sola cosecha al año y que su moneda de cambio es la soja. En un contexto inflacionario, donde no hay herramientas para protegerse de este fenómeno, es lógico que se calcen las ventas solamente con necesidades financieras concretas. Además se suman las incertidumbres que pasan por el plano político, económico y hasta la llegada de las lluvias, también productivo.
En lo que hace a la soja nueva, el nivel de ventas es mínimo, comparado con el año pasado. Esto se debe a que a pesar de que el valor objetivamente no es tan malo, la suba de costos fuerza a esperar mejores precios. Algo similar pasa en Brasil. En la medida que esto se sostenga, y el saldo exportable de la oleaginosa en EEUU siga mermando, los valores deberán mejorar.
Pasando al maíz local, empiezan a verse las consecuencias de las activas compras de la exportación: los consumos están teniendo problemas para conseguir maíz y deben pagar valores mayores a la capacidad teórica de la exportación para originar. Esta situación podría agravarse en los próximos meses.
En tanto el maíz nuevo está pagándose mucho más que la paridad de exportación. Esto nos muestra que si bien todavía sigue siendo bajo respecto a los costos de producción, el precio natural debería ser menor. Así y todo la oferta espera valores de 170/175 U$S/tt. Lo interesante es que como el mercado ya asumió muchos datos negativos en los precios, se esperan mejoras de un momento a otro, y por ello los compradores están mas activos.
En el mercado local la trilla de trigo sigue en el norte del país con rindes promedio bien por debajo de 10 qq/ha. En años normales esto hubiese resultado anti económico y esos lotes no se hubiesen trillado. Pero la voracidad del consumo interno es tan grande que se sostienen precios de locura que ajustan la ecuación vía precios.
Esa situación deberá revertirse en la medida que la cosecha avance y se comience a trillar en el centro del país, donde hay más volumen, y ni que hablar cuando llegue el turno del sudeste bonaerense, que es la zona núcleo y vienen con clima ideal para la producción. Por esto hay una escalera de precios descendente donde se pasa de disponible 700 U$S/tt a principios de noviembre en 380, fin de noviembre 350, diciembre enero 250 U$S/tt.
La paridad de exportación que vemos hoy es compatible con el precio diciembre. lo que no es compatible con el precio es la intención del gobierno de bajar el precio de los farináceos, y de mostrar que vuelve a haber trigo. Por ello no sería raro que se impidan exportar tonelajes importantes de trigo. Ello haría que el trigo se volviera en algo abundante en el mercado interno, causando una caída de precios. No obstante, si la producción supera los 9 mill.tt. que sería un cálculo de producción conservador, quedaría un saldo exportable de 3 mill.tt. que comparado con la historia es mínimo, sin embargo con un precio FOB de 350 USD/tt hablamos de más de 1.000 millones de dólares de ingresos de divisas, que son para el gobierno muy necesarias. Acá habrá que ver que se prioriza si cuidar la mesa de los argentinos o el ingreso de dólares.
Los temas que desarrollamos en mayor extensión en esta oportunidad son:
Perspectivas de rindes en EEUU de cara al reporte del USDA de nov-13. estamos asistiendo a la última parte de la cosecha de maíz y soja, con un informe por llegar al mercado el viernes próximo que dará la pauta final de la producción. Mientras que los analistas privados esperan mucha más producción tanto de maíz como de soja, los datos a campo nos hacen pensar que si bien es posible que en soja haya subas, en maíz los números del USDA de septiembre estaban bastante cerca de lo que se reporta a campo, por lo que no hay tanto espacio para sorpresas. Lo que si es cierto es que la presión de la entrada de los granos de cosecha nueva recién se está sintiendo ahora, ya que los productores están reteniendo, pero se habrían quedado sin espacio físico para hacerlo, y se ven forzados a vender la última parte de la cosecha
EL rol de los fondos especulativos y financieros para los próximos meses. Los fondos financieros están comprados y desarmando lentamente la posición, con lo que su operatoria es fácilmente absorbida por los otros operadores en el mercado. Sin embargo los especulativos están muy comprados en soja y muy vendidos en maíz. En soja ya vienen saliendo generando presión bajista pero deberían seguir. En maíz siguen muy vendidos lo que nos hace pensar que será difícil que extiendan la misma, y que de hecho deberían recortar posiciones inspirando subas.
El clima y las perspectivas de producción en Argentina. La situación venía muy complicada, con el trigo fuertemente afectado por la falta de lluvias en el inicio de la primavera para el centro y norte del país, y dificultades en la siembra de maíz que forzarán realizar la implantación en forma tardía. Sin embargo cuando se despertaba la incertidumbre para la siembra de soja, llegaron lluvias muy importantes, repartidas en varios días, y con amplia incidencia, y se esperan a partir de aquí lluvias nuevamente para el fin de semana próximo, con lo que la siembra de soja tiene perspectivas mucho mejores.
Fuente: www.austral.edu.ar/ceag