Hace ya más de cien años, Lisandro De la Torre, al reconocer los errores de las fuerzas opositoras al roquismo, profetizó: “merecemos a Roca”.
El pasado martes, reunida en sesión preparatoria, la Cámara de Diputados decidió impedir la jura de Luis Patti, diputado electo por el voto de más de trescientos cincuenta mil ciudadanos de la provincia de Buenos Aires. Mocionaron en su contra los diputados Miguel Bonasso, Araceli Méndez de Ferreira y Remo Carloto. Se sumaron a dicha moción doscientos doce diputados, representantes de prácticamente todos los partidos políticos.
Solamente ocho diputados se opusieron a la antijurídica y antidemocrática moción del kirchnerismo de impedir la jura de Patti como diputado nacional. Merecen ser mencionados, por su valentía y porque son la esperanza de que no todo se ha perdido en la República: María del Carmen Rico, Hugo Franco y Jorge Garrido Arceo, María Angélica Torrontegui, Luis Lusquiños y Claudio Poggi, Eusebia Jerez y Roberto Lix Klett.
Resulta inexplicable que los líderes de la oposición al gobierno del presidente Kirchner, el radical Roberto Iglesias, el centrista Mauricio Macri y la arista Elisa Carrio, le hayan hecho el juego al kirchnerismo, sumándose a la maniobra despótica e intolerante del bloque oficialista.
Pero más inexplicable es el hecho de que ninguno de ellos haya utilizado la palabra en el recinto de la Cámara de Diputados en esa histórica sesión en la que se consagró una gravísima burla a la soberanía popular.
La neutralidad no es admisible cuando los valores están en riesgo. En la Divina Comedia, el Dante recuerda: “los peores rincones del infierno están reservados a aquellos que en tiempos de gran crisis moral se mantuvieron neutrales”.
Cabe preguntarse cómo pudo haber votado el bloque radical por la exclusión de un legislador destruyendo la esencia misma de la democracia cuando precisamente fue ese propio partido el que sufrió graves proscripciones como la expulsión de diputados opositores durante el primer gobierno del general Perón.
Merece el pueblo una respuesta de la doctora Carrió, quien en la campaña electoral bregó por el “contrato moral”. ¿Es que no forma parte del contrato moral de la doctora Carrio el permitir que el voto popular sea respetado?
¿Mauricio Macri, Ricardo López Murphy y todo el PRO no deberían hacerle honor a su nombre “Propuesta Republicana” haciendo respetar la vigencia de las instituciones de la democracia negándose a avalar con su voto el accionar antidemocrático e intolerante de los personeros del kirchnerismo?
Iglesias, Macri y Carrió mantienen, con más o menos chances, aspiraciones de constituirse en la alternativa política en vistas a las elecciones presidenciales de 2007. En ese sentido, ¿no deberían haber alzado su voz para defender la garantía constitucional del principio de inocencia que asiste a todos los ciudadanos de la Argentina, incluyendo al señor Patti? ¿Cómo puede explicarse que se hayan mantenido sin emitir su opinión ante un hecho de tanta gravedad institucional como es la exclusión de un representante votado por el pueblo?
Los ciudadanos que hemos otorgado nuestro voto a estos líderes políticos como representantes de la oposición confiamos en obtener una respuesta a estos interrogantes. De lo contrario, deberemos decir: merecemos a Kirchner. © www.economiaparatodos.com.ar
Mariano Caucino es abogado y coordinador del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES). |