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jueves 21 de diciembre de 2006

Buenas leyes: ¿esta vez las cumpliremos?

Mejorar la calidad educativa no depende solamente de la sanción de leyes adecuadas, sino del verdadero cumplimiento de las normas existentes.

La cartera educativa nacional ha hecho publicidad en todos los medios de la gran cantidad de leyes que el Congreso Nacional sancionó durante su gestión. Realmente, debe ser el período de la historia argentina en el que más leyes se han promulgado.

En general, estas leyes tratan de mejorar la calidad educativa. Pero, la “pregunta del millón” es si vamos a cumplirlas o seguirá sucediendo lo mismo que en el pasado con respeto a las leyes relacionadas con la educación.

Por ejemplo, la ley conocida como “180 días de clase”, sancionada en 2004, bien pudo haberse cumplido este año. Sin embargo, no fue así. En parte por “Jornadas de reflexión sobre la nueva Ley Nacional de Educación” (que se cuentan como días de clase, aunque es absolutamente obvio y evidente que no lo son), otro poco por “desratizaciones o desinsectaciones”, alguno que otro paro y el cada vez mayor número de feriados, no llegamos ni a estar cerca de cumplir con lo mandado por la ley.

Tuvimos, además, la ley de “paritarias docentes”, que teóricamente aseguraba que no se realizarían más paros. Basta con abrir los diarios del último mes para comprobar que tampoco parece haber servido para mucho una ley tan buena y oportunamente consensuada con los gremios.

La “Ley Nacional de Educación Sexual” tampoco parece haber tenido mucho efecto, ni en las distintas jurisdicciones ni en la práctica. En muchas provincias aún no se ha traducido a contenidos la mencionada ley y, en la realidad más pura, da la sensación de que el número de adolescentes embarazadas aumenta con mayor virulencia que el crecimiento vegetativo poblacional.

También se sancionó el año pasado la “Ley de Financiamiento Educativo”, que teóricamente marca un porcentaje de aplicación a la inversión educativa de un 6% del PBI para el 2010. ¿Se verá reflejado en el 2007 un aumento de 0,5% con respecto al 2006, o deberemos esperar al 2010 para lamentarnos de no haber cumplido con la ley, tal como ocurrió con lo dispuesto por la Ley Federal de Educación, que tenía prevista la misma inversión pero para antes de 1999?

Por último, la Honorable Cámara de Diputados sancionó hace unos días –por una leve mayoría– la “Ley de Educación Nacional”, que si bien tiene algunos artículos que oportunamente fueron criticados a través de esta misma columna, da la sensación de que mejora en algo la ley que estaba vigente hasta el momento. Graciosamente, la Ciudad de Buenos Aires (ignoro si en otras ciudades del interior sucedió lo mismo) apareció empapelada con carteles de CTERA que afirmaban que esta nueva ley era producto de la “resistencia y lucha” de los docentes en contra de ley anterior. Y digo graciosamente, porque no parece que sea muy educativo “resistir” a una ley, sino más bien trabajar para que se cambie, mientras se cumple.

¿Se aplicará esta nueva ley, o correrá el mismo destino que las citadas anteriormente?

Pasado el momento de la sanción de las “leyes necesarias” (parece que ya con éstas es suficiente como para crear un marco legislativo adecuado, al menos en los niveles Inicial, Primario y Secundario, aunque no me extrañaría que también hicieran una nueva ley de educación superior), ahora los funcionarios deberán poner al menos el mismo esfuerzo en pasar a la historia por haber sido quienes cumplieron las leyes, más que por haberlas redactado, sancionado o promulgado. © www.economiaparatodos.com.ar

Federico Johansen es licenciado en Ciencias de la Educación (UBA) y miembro del equipo de profesionales de la Fundación Proyecto Padres.

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