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lunes 5 de agosto de 2013

Sigue la baja con clima favorable EEUU, ventas de fondos y cuestiones técnicas

Sigue la baja con clima favorable EEUU, ventas de fondos y cuestiones técnicas

Si bien con más altibajos, los mercados siguieron bajando esta semana, acelerando la caída en las primeras ruedas y tratando de forjar pisos sobre el cierre

El maíz y la soja son los que lideran la merma, presionados por perspectivas de una recuperación de stocks en EEUU gracias a la expectativa de un buen rendimiento para esta campaña. Ello a su vez motivó a los fondos especulativos a vender fuertemente, especialmente en maíz, y retroalimentó la baja.

Lo único que sostenía las cotizaciones era la firmeza del mercado disponible,  ante la presión compradora que no cedía aún con precios muy altos, y un mercado interno norteamericano con muy baja disponibilidad. Pero eso se terminó la semana pasada, cuando ante el poco tiempo que falta para el arribo de la cosecha nueva, las importaciones de harina de soja sudamericana, y el uso de reservas del gobierno en China, el gran diferencial de precios a cosecha se corrigió violentamente, con una caída de precios más fuerte en las posiciones disponibles que las futuras.

En tanto, algunas cuestiones técnicas contribuyeron a que la caída continuara. A medida que se quiebran niveles de soporte, se disparan órdenes de venta adicionales por parte de los especuladores, que hacen caer todavía más los precios.

Sin embargo debemos tener presente que el mercado introdujo en los precios el mejor escenario productivo norteamericano, omitiendo analizar el comportamiento de la demanda, que con la baja de precios activó fuerte sus compras de cosecha nueva. Mientras tanto, si bien en maíz EEUU representa el grueso del mercado, en el caso de la soja, desde el año 2001 Sudamérica en su conjunto supera la producción de EEUU, mientras que por el lado de la demanda, los principales consumidores, además de EEUU son Europa y China, siendo este último el actor más dinámico del mercado. Estos elementos tendrán que ser tenidos en cuenta tarde o temprano, y deberían inspirar un rebote.

De todas formas la caída de precios en los granos de Chicago no implican necesariamente una caída en la rentabilidad de los productores Sudamericanos, ya que esa señal de precios llega a los productores a través del tipo de cambio local. Una devaluación importante como la que tuvo Brasil amplía el margen de ganancia, ya que no todos los insumos van a valor dólar. En el caso de Argentina esto es distinto, ya que la estructura de costos y precios internos está mucho más relacionada con el dólar, por una cuestión cultural, pero también por una cuestión real: los principales insumos que son el alquiler y los fertilizantes están íntimamente relacionados con el dólar. Por ello vemos que en Brasil la intención de siembra volvería a subir, y la producción se acercaría a 90 mill.tt. Mientras que en Argentina la intención de siembra podría subir sólo marginalmente, a expensas de una merma también menor en maíz, pero la producción recuperarse por cuestiones climáticas. Esto complicaría la posibilidad de rebote alcista posterior, aunque seguramente generará volatilidad.

El problema son los tiempos del rebote del que estamos hablando. Como el pronóstico de baja se basa en las expectativas de cosecha norteamericana, una vez que la misma sea una realidad, deberán tomar ganancias y comenzar a considerar los otros fundamentos.

Pensando en el mercado Argentino, como la comercialización de maíz está avanzada, la caída de precios tendría un impacto menor en el presupuesto del productor agropecuario de la campaña 12/13. Pero como el Gobierno incrementó la estimación de producción a 32 mill.tt. no sería raro que aumenten los permisos de exportación, aprobando más ROE. Pero ese aumento de producción existe sólo en las estadísticas, y si se permiten más ventas al exterior, no podemos descartar problemas para empalmar campañas, generando subas más adelante.

En el caso de la soja disponible, quedan del lado del productor unas 20 mill.tt. La caída de precios generó un «efecto pobreza», y lo peor es que sabíamos que tarde o temprano pasaría, pero no se tomaron medidas concretas para enfrentarlo. La razón por la que no se avanzó poniéndole precios a la soja, no fue esperar precios más altos, sino la incertidumbre institucional, la falta de instrumentos para colocar el producido de las ventas al resguardo de las presiones inflacionarias y devaluatorias, y la poca claridad del escenario electoral de este año. Y como mencionamos, si bien hay motivos para esperar repuntes, no serían de corto plazo, y el productor deberá vender para afrontar sus gastos de siembra, antes de que los fundamentos alcistas ganen protagonismo.

Pensando en los precios de campaña nueva, los valores están bien por debajo de los necesarios para obtener rentabilidad en campos alquilados. Pero aquí hay más tiempo para tomar decisiones, y como hay muchos temas que definir, especialmente en soja, esperar un panorama más claro, y no convalidar precios bajos,  sería lo indicado, aunque por un criterio precautorio, habría que definir un «peor escenario» comprando PUT.

En el mercado de trigo externo también se ve debilidad. La misma no se traslada a los mercados locales directamente, por el problema de abastecimiento interno de nuestro país, pero la cosecha nueva estará más relacionada el mercado internacional

El trigo nunca pasó por un escenario ajustado de oferta y demanda. Sus precios subieron el año pasado por la falta de maíz, que generó un mayor consumo forrajero de trigo, y por un problema de abastecimiento puntual del Mar Negro que puso en aprietos a los compradores de África del Norte y Asia.  Pero en esta campaña, el maíz será más abundante, por lo que el consumo de trigo forrajero debería bajar a niveles históricos, y el Mar Negro tiene una buena cosecha, sobre la cual podríamos hacer ajustes de sintonía fina, pero que en definitiva asegura su presencia como exportador. Sin embargo también hay puntos alcistas: hay problemas de calidad en Europa, y también lluvias en EEUU que podrían deteriorar la calidad del trigo que se está cosechando. Además en Brasil se dieron heladas importantes, que tendrán impacto negativo en la producción, e implicarán mayor necesidad de importación.

Pasando al mercado local, la gran pregunta es cuánto durará la calma en un mercado de trigo que sabemos está muy ajustado. Será difícil empalmar las campañas, y posiblemente la firmeza que vemos hoy en el mercado continuará en octubre y noviembre, ya que el trigo primicia del norte tendrá una producción menor. Esto explica que se esté pagando un precio muy cercano al de paridad de exportación, aunque no entusiasma a los productores del centro del país, que enfrentan un costo productivo mayor que sus pares del sur.

Fuente: www.austral.edu.ar